2000-2001

“Sin título”

José Marín Medina


Texto catálogo Premio de Pintura Caja Castilla – La Mancha 2002. Pág.11






(...) Ikella (pseudónimo de Mariano Alonso. Madrid,1971. Vive en Madrid). La pintura de Ikella viene configurando una trayectoria de absoluta congruencia. Destacó en sus comienzos por la insistencia en pintar la superficie completa del cuadro con una sucesión compacta de franjas de color verticales, que, al principio, respondía sencillamente al efecto de trasladar al plano pictórico la investigación escultórica que estaba desarrollando paralelamente sobre juegos de cilindros de cartón coloreados. Lo que en realidad era un cilindro, se transformó en una franja de color al pasar a la ficción pictórica. Pues bien, aquellas franjas se han ido estrechando cada vez más, hasta convertirse en las líneas gruesas con las que actualmente realiza de manera inconfundible el conjunto de sus obras.







A ello se suma últimamente una interesante experiencia: la de utilizar como modelos para su pintura las fotografías que él suele hacer sobre sus instalaciones y exposiciones. Así, el cuadro que aquí lo representa, titulado “Espacio de proyección”, es una pintura al acrílico hecha sobre la imagen fotográfica de una instalación suya, que se montó en el cubo arquitectónico del fondo de la galería madrileña El Almazén de La Nave. Es de destacar la singularidad del espacio –especialmente fluyente- que se produce con esta manera de concebir y de realizar la pintura. En alguna ocasión, comentando la pintura de Ikella, he recordado y citado el arte de Tom Phillips, refiriéndome en especial a esa singularidad de que, en ella, “la imagen hace nacer los colores que componen las rayas, al tiempo que las rayas condicionan el procedimiento para pintar la imagen”. (...)

 
 



 
 
"Ikella 1971"
Javier Hontoria
 
 
Texto para página web Generaciones de la Obra Social caja Madrid. 2003



Ikella para los nuevos tiempos. No es normal, en primer lugar, encontrarse a un artista autodidacta (y solidario: sus obras cuelgan de la colección de Mensajeros de la Paz) con el aluvión de centros universitarios, escuelas y academias de estudio. Y tampoco hoy en día, en un mundo (des)centrado por la superficialidad y el vivir deprisa, la sociedad de consumo y la frivolidad, es fácil encontrarse con alguien que se sirve del arte para hacer una reflexión múltiple, constante y obsesiva con el espacio, la realidad y la propia obra.



 Este artista madrileño Ikella concibe su propuesta como un círculo del que se deriva una vuelta constante hacia su propia obra, creación y recreación desde su punto de arranque (1993): el autorreferente que suponen sus propias fotografías. Obsesiones que se inician de esta forma para repetirse con infinitas variaciones, dos planos de la realidad. Las dimensiones físicas de la misma surgen como una necesidad a partir del proceso autocompositivo y cognoscitivo en ese estudio permanente del autor hacia la comunicación pintura-espacio: el espacio, ha dicho en más de una ocasión, fue pintado y volverlo a pintar reconstruye de nuevo la historia.



 Tras la base teórica, llega la ejecución formal. Rayas de sugerencia mecánica, ejecutadas por una mano tranquila, capaz de entender la mancha precisa que, yuxtaponiendo el color, determine un espacio que se construye intelectualmente en el espectador a partir de la acumulación de datos visibles.

 






© De las fotos: Jorge Gallego, Ikella Alonso
© De los textos: Sus autores